Eso está muy bien. Aunque lo bueno de ser cuadrado es que hay muchos otros cuadraditos con los que encajar. Siendo una pieza de puzzle es más difícil encontrar amigos y amores ¿no crees?.
No del todo. Los cuadrados se parecen entre sí, pero no encajan. Sus caras son lisas, y resbalan. Se arriman, pero nunca llegan a ensamblarse en realidad. Cierto es que las piezas de un puzzle pululan a merced del arbitrio de la forma, del capricho anárquico de geometrías enfrentadas. Pero las piezas de un puzzle, si se resuelven cóncavas y convexas en un tiempo, de una vez, en un espacio concreto y diáfano, a diferencia del cuadrado, se imbrican, se acoplan y se arman, de modo que cada pieza deja de ser tal, y se explica el entramado, y todo lo demás se entiende, como lo haría un poeta, y no un geómetra.
¿Y qué tenemos de malo los paralelogramos, eh, di, eh? Fíjate, las aristas, sin ir más lejos, pueden servir para arañar el cielo, colgarse de una nube o sostener el tiempo.
De acuerdo. Pero una pieza de puzzle pertenece a ese cielo, a esas nubes y a ese tiempo...todo depende del rompecabezas del que forme parte...y ¿qué hay más verdadero que eso?. Una pieza, como su propio concepto indica, es una parte del todo, y como tal, lleva una porción de ese particular universo: es cielo, es nube, es tiempo.
Por otro lado...los paralelogramos, hasta donde yo sé, tienen un nombre...
Eso está muy bien. Aunque lo bueno de ser cuadrado es que hay muchos otros cuadraditos con los que encajar. Siendo una pieza de puzzle es más difícil encontrar amigos y amores ¿no crees?.
ResponderEliminarMuy bonito el dibujo :).
No del todo. Los cuadrados se parecen entre sí, pero no encajan. Sus caras son lisas, y resbalan. Se arriman, pero nunca llegan a ensamblarse en realidad.
ResponderEliminarCierto es que las piezas de un puzzle pululan a merced del arbitrio de la forma, del capricho anárquico de geometrías enfrentadas. Pero las piezas de un puzzle, si se resuelven cóncavas y convexas en un tiempo, de una vez, en un espacio concreto y diáfano, a diferencia del cuadrado, se imbrican, se acoplan y se arman, de modo que cada pieza deja de ser tal, y se explica el entramado, y todo lo demás se entiende, como lo haría un poeta, y no un geómetra.
Gracias :)
ResponderEliminar¿Y qué tenemos de malo los paralelogramos, eh, di, eh? Fíjate, las aristas, sin ir más lejos, pueden servir para arañar el cielo, colgarse de una nube o sostener el tiempo.
ResponderEliminarDe acuerdo. Pero una pieza de puzzle pertenece a ese cielo, a esas nubes y a ese tiempo...todo depende del rompecabezas del que forme parte...y ¿qué hay más verdadero que eso?. Una pieza, como su propio concepto indica, es una parte del todo, y como tal, lleva una porción de ese particular universo: es cielo, es nube, es tiempo.
ResponderEliminarPor otro lado...los paralelogramos, hasta donde yo sé, tienen un nombre...
¿Y cuál has elegido, hasta donde tú sabes, para no serlo?
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