jueves, 17 de junio de 2010

La Palma

Las palmeras nunca dicen nada.
Son, de los árboles, como esas cartas blancas sin dibujo, esas que valen para todo.
El prototipo de árbol que dibujan los niños en todas las guarderías, que algunas veces reflejan la luz y envían, a lo lejos, un espectro de colores prestados.
Pero no es mérito suyo, porque son árboles que callan y que son y están. Testigos en los parques donde los niños juegan, como esas cartas blancas sobre el tapete verde.


1 comentario:

  1. Nofridge, el reflejo de luz y el espectro de colores prestados de tu palmera evocan lugares efervescentes de sol. Y sin embargo, tu texto me lleva a patios tristes de ciudad.

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