Escribir era “la catarsis de los
cobardes”, tenía que salir de su cuartucho oscuro y contemplar las casas y los
caminos, los árboles y las piedras, las personas y los peces. Y como fuese,
poseerlos.
No podía comprar las nubes ni las
piedras, ni tampoco los valles ni las montañas, pero tenía un cuaderno y un lapicero y una ventana que daba a
las casas del río. Entonces, subió la persiana y corrió las cortinas. Tomó el
lápiz y el papel y transformó las efes en farolas, las ces en casas, las uves
en vigas y ventanas, las bes en balcones, las tes en tejados, las aes en
árboles, la pe en piedra y la ele en ladrillo, las eses en un sol brillante.
Sin darse cuenta fue arquitecto de las palabras e ingeniero de la luz.
Malabarista del alfabeto, inventor de puzzles.
Y poseyó todo lo que entraba por
sus ojos.
Y lo compartió escupiéndolo por
sus dedos, con la paleta llena de frases y de pigmentos.
“ Solía decir a mis jóvenes estudiantes: ¿Quieres ser un pintor?
Antes de nada debes cortarte la lengua dado que tu decisión te ha arrebatado el derecho a expresarte con otra herramienta que no sea tu pincel”
Antes de nada debes cortarte la lengua dado que tu decisión te ha arrebatado el derecho a expresarte con otra herramienta que no sea tu pincel”
Entrevista radiofónica a Henri Matisse. Año 1942.
Ai ai aiiii, que gran verdade!! Tio listo Matisse eh? ;-)
ResponderEliminarO debuxo chíflame!
Gracias Noe :)).
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