martes, 14 de septiembre de 2010

Poema del 36 de Agosto

Las sombras han dejado de ser refugio.

La luz de las siete de la tarde es tenue y ámbar.

El sol, mustio y templado.

Agradable ahora.


Te limpiaste en un Septiembre

Las hojas que caían

en tus zapatos,

para emprender de nuevo

el camino

por senderos

desconocidos,

otoñales.


Que no te importe el otoño

que comas uvas y ciruelas claudias

que bebas moscatel en cuencos de porcelana añeja

que camines entre marrón y verde oliva,

entre todos los deslices que acechan en el trayecto,

ya ayer, sembrado de hojas caducas.

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