jueves, 16 de septiembre de 2010

Motel

Devota del vino blanco, sierva de la luz rojiza de una habitación de hotel.

Víctima de profundas verborreas, de caldos viscerales, de ácidos alientos y del calor corporal.

Cansada de las piernas y de los peces.

Sus pechos inertes se derraman cada noche y cada tarde.

Han dejado de ser tiernos.

4 comentarios:

  1. Me gustan esos brazos cruzados bajo la cabeza que bien podrían ser también una almohada. Y me gusta el equilibrio de ese muslo tan grueso. En fin, me gusta tu dibujo a tinta, me gustan tus dibujos coloreados y por si fuera, poco envidio tu capacidad de acompañarlos de tus propios textos.

    ResponderEliminar
  2. No me despiertes a la amanecida.
    Ya no hay desasosiego.
    Que mi pan, y mis lágrimas, mi lecho y mis dolores
    velo, calmada al fin, por fin dormida. C.

    ResponderEliminar
  3. Muchas gracias marmotarroja. Gracias porque gracias a tus comentarios (y a los de C.)y a tu blog me animo a seguir escribiendo :)

    ResponderEliminar