La piel del extranjero la piel cruel del desgarrado la patria que se aleja, la patria se ha dejado, un amor en sus colinas lágrimas, en su costado y un adiós que en el paladar duele, huye, y como del alba la calima vuelve, vuelve tempestad, vuelve, ¡vida mía! que el dolor del extranjero es caduco, es neblina.
Déjenme más espacio -dice el agua-, que me ahogan los barcos. Que se vayan adentro de la mar, la mar adentro, y dejen que respire y me empape de luz. No quiero quillas, proas, ni popas ni remeros. Quiero la soledad de mi agua limpia. C.
Déjenme más espacio -dice el agua-, que me ahogan los barcos. Que se vayan adentro de la mar, la mar adentro, y dejen que respire y me empape de luz. No quiero quillas, proas, ni popas ni remeros. Quiero la soledad de mi agua limpia. C.
ResponderEliminar