Éxodo
La piel del extranjero
la piel cruel del desgarrado
la patria que se aleja,
la patria se ha dejado,
un amor en sus colinas
lágrimas, en su costado
y un adiós que en el paladar duele,
huye,
y como del alba la calima
vuelve,
vuelve tempestad,
vuelve, ¡vida mía!
que el dolor del extranjero
es caduco,
es neblina.
Déjenme más espacio -dice el agua-, que me ahogan los barcos. Que se vayan adentro de la mar, la mar adentro, y dejen que respire y me empape de luz. No quiero quillas, proas, ni popas ni remeros. Quiero la soledad de mi agua limpia. C.
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